“Si no se hubieran celebrado Corto Cortismo ni otros festivales habríamos acabado con años de trabajo guardados en un cajón. Os debemos la vida”

 

La creadora de ‘Roberto’, el corto ganador del Concurso de Animación del VIII Corto Cortismo y de decenas de festivales, explica en esta entrevista cómo surgió la historia preseleccionada para los Goya de este año, en qué está trabajando actualmente y cómo es a día de hoy la salud de la industria de la animación. “Sigue adoleciendo del estigma de ser un producto menor, lo que se refleja en los mecanismos de financiación”.

Robertoes tu ópera prima y ya cosecha decenas de premios y selecciones en festivales nacionales y, además, directamente con él llegaste a las puertas de los Goya 2021 ¿Esperabas unos comienzos así?

Todo el equipo hemos puesto muchísimo cariño y trabajo para hacerlo lo mejor que sabemos, pero eso no es garantía de nada. Después de tantos años trabajando en un proyecto te cuesta verlo con objetividad, y el momento de sacarlo a la luz da mucho vértigo.

Aunque estaba muy satisfecha con “Roberto”, nunca imaginé que iba a funcionar tan bien y que nos sucederían tantas cosas buenas y tan deprisa. La única pena es que la pandemia no nos deja disfrutarlo tanto como equipo.

¿Cómo surgió esta historia?

Esta historia tiene ya más de 20 años, y debe su nombre a una persona real… Allá por el año 2000 coincidí varias veces con un chico que padecía obesidad mórbida y al que todos mirábamos con rechazo. Un día mientras lo observaba me di cuenta de que era mi amigo de la infancia, Roberto, una persona bondadosa y que había sufrido mucho. Me sentí avergonzada de los prejuicios que me había formado por su aspecto físico y ese reencuentro supuso un “click” en mi forma de mirar a las personas en adelante. Ésa es la semilla de este corto, aunque la forma de contarlo ha cambiado mucho.

¿Cuándo te sientes atraída por el mundo de la animación?

Siempre me ha gustado dibujar, contar historias a través de cómics, y el buen cine de cualquier género. Pero cuando vi en el cine Toy Story (1995) supe que quería dedicarme a la animación, aunque he dado una vuelta muy grande para terminar aquí. En aquel entonces no había un camino profesional claro y tiré por el sector tecnológico dejando mi faceta artística para mi tiempo libre. En 2012 di un gran salto al vacío y lo dejé todo (mi trabajo, mi casa, mi ciudad y mi familia) porque no quería quedarme con la duda, y ahora no podría estar más contenta de la apuesta que hice entonces.

¿Qué técnicas habéis utilizado en este trabajo?

“Roberto” es animación digital 3D, aunque hemos buscado un acabado más artístico y hecho a mano que le diera un valor añadido y que enfatizara la idea de que estamos viendo el mundo a través de los ojos de artista de Roberto. Esto ha supuesto una gran inversión en I+D para conseguir ese look tan especial y un mayor trabajo en cada plano, ajustando a mano muchos parámetros hasta conseguir el efecto deseado. Además hemos integrado animación tradicional 2D para darle vida a la princesa/monstruo que atormenta a la protagonista. En todo el proceso hemos utilizado software libre.

¿Cómo está la salud de la industria española de la animación?

La verdad es que está delicada, y no por falta de talento sino por falta de tracción e industria. La animación sigue adoleciendo del estigma de ser un producto menor y eso se refleja en los mecanismos de financiación y en el tejido industrial. Gracias a que la demanda está creciendo debido a varios factores empieza a notarse una mayor fortaleza en el sector, pero en España los cambios son muy lentos. Necesitamos que éste sea un sector más consolidado en el que poder trabajar sin tener que vivir viajando de proyecto en proyecto por todo el planeta, sin un modelo de “crunches” y falsos autónomos establecido, y muchos más aspectos que solucionar.

¿Qué supone para los jóvenes creadores la oportunidad de competir en festivales como Corto Cortismo en un año tan complicado para la cultura en general y el cine en particular?

En animación, por los plazos tan largos que manejamos, la pandemia nos ha pillado en pleno proceso de producción, lo que significa que si no se hubieran celebrado Corto Cortismo ni otros festivales habríamos acabado con años de trabajo guardados en un cajón y sin poder llegar al público. Os debemos literalmente la vida, porque gracias al enorme esfuerzo que habéis hecho nuestros cortos han visto la luz y nosotros hemos podido retroalimentarnos para recuperarnos y poder emprender otros proyectos. Gracias.

¿Cuáles son los principales problemas a los que os enfrentáis los creadores?

Principalmente el desconocimiento de todo el trabajo que involucra embarcarse en un proyecto de esta magnitud. Nos mueven las ganas de contar algo pero hacer un corto implica mucho más de lo que en un principio podemos imaginar. Además de realizarlo, que no es poco, hay muchos aspectos tan o incluso más importantes alrededor que normalmente desconocemos: financiación, distribución, etc. Creo que es necesario que haya redes de personas y entidades que ayuden a los creadores con estas tareas que les son más extrañas y sobre todo con información.

¿En qué estás trabajando actualmente?

Estoy trabajando en un nuevo cortometraje, esta vez de animación tradicional, que explora la maternidad y el proceso de emancipación de los hijos. Se llama “Amarradas” y espero empezar la producción a finales de año.

También estoy trabajando en un proyecto de largometraje de animación como directora, en el que aún estamos en fase de desarrollo y búsqueda de financiación.

Para poder vivir mientras estos proyectos se hacen realidad doy clases de animación en la escuela online Pixelodeon 3D School y en el grado propio de la Universidad de Murcia.